Hablamos con el ganadero Pedro Manenti, que cría ganado vacuno de raza marismeña en uno de los humedales más extensos del río Guadalquivir, el Paraje Natural Brazo del Este (Sevilla). Esta zona húmeda, ubicada entre Doñana, las marismas y la laguna de la Dehesa de Abajo, tiene una especial relevancia para la avifauna y, en concreto, para la cerceta pardilla, una especie para la que supone una importante área de nidificación. Por ello, el proyecto LIFE Cerceta Pardilla está llevando a cabo acciones de mejora del hábitat en este humedal, fomentando la alianza y la colaboración de personas que viven de las actividades económicas desarrolladas en la zona.
¿Cuál es la actividad que ejerces en este humedal tan emblemático?
Desde hace dos años, disfruto de una parte de la concesión de pastos que hay en el humedal, unas cien hectáreas aproximadamente, donde crío ganado vacuno de manera ecológica. Crío vaca marismeña, que cruzo con sementales de raza limusina, para lograr un cruce industrial más cárnico.
La vaca marismeña es una raza autóctona muy rústica, por lo que se ha mantenido sobre todo en estos parajes que son muy complicados para otro tipo de ganados, a pesar de encontrarse en peligro de extinción. Como hacemos un manejo selectivo, el ganado contribuye con su presencia a mantener el pasto húmedo y controlado. Además, las movemos de una zona a otra para que no agoten los recursos y para que, a la vez, sirva para controlar el crecimiento del carrizo. Si no tuviéramos ganado, habría carrizales y con esto conseguimos que otras especies mucho menos invasoras que el carrizo tengan la capacidad de regenerarse.
¿Cómo surgió la idea?
Fue una casualidad. Yo siempre he criado ganado, más bien en la parte de Almonte (Huelva), y cuando vi la oportunidad de solicitar las concesiones o los aprovechamientos, pujé y me quedé con ellos. A partir de ahí, empezó la aventura. Cuando llegué, el terreno estaba totalmente anegado y tuve muchas dificultades. Después, poco a poco, y haciendo un manejo racional de los animales, los distintos pastos y las épocas del año, he conseguido que todo funcione bien y estoy contento. Ahora, cuando me habéis ofrecido formar parte del proyecto, lo vi como una oportunidad muy interesante porque normalmente se tiene una percepción de estos lugares como algo insalubre. El manejo de la marisma ha sido siempre considerado complicado, pero la marisma, como cualquier otro terreno bien manejado, tiene un rendimiento positivo.
Por lo tanto, ¿crees que son compatibles los usos socioeconómicos que pueda haber con la conservación?
Sí, absolutamente. De hecho, nuestra relación con la Administración, por el sitio donde estamos y por lo emblemático del terreno, es constante. Estamos constantemente observados y eso también nos da tranquilidad. Yo veo una relación muy posible entre ambos factores.
¿Cómo ves el futuro de este humedal en concreto y de la cerceta pardilla?
Con respecto a la cerceta pardilla, creo que va a ser muy interesante poder replicar lo que ya hacemos en otras partes, con los pequeños cambios que hemos hecho en el aprovechamiento, y poder manejar los distintos niveles de agua, lo que nos va a permitir saber lo que prefiere la especie, fundamentalmente en la época de cría. Y, por otro lado, creo que esta zona está un poco infravalorada desde el punto de vista turístico, no desde el ecológico, que sí es una realidad, sino desde el turístico, ya que otras zonas tienen mucho más nombre. Yo creo que el Brazo del Este es un paraíso absoluto que va a ser una puesta en valor para la conservación de la cerceta pardilla. El proyecto LIFE va a ayudar a poner el foco de atención en esta zona, lo que evidentemente va a tener una repercusión a corto y medio plazo.